La santa muerte en Chiapa de Corzo.

Los recuerdos del olvido

Raúl Vera

La santa muerte en Chiapa de Corzo.

La sala de su casa se llena con un enorme altar que deslumbra por sus vivos colores y por la cantidad de santos que ahí se veneran; desde el Justo Juez hasta la mítica Niña Blanca, la Santa Muerte. Marvin León profesa este culto desde hace 15 años y desde hace 10 trabaja para ella en labores espiritistas. Su casa se ubica a dos cuadras del parque central de Chiapa de Corzo y su linaje espiritista se remite a sus ancestros: dos de parte de su madre y cuatro por parte de su padre.

Él asegura que heredó ese don y que se le manifestó en 1996, pero empezó a usarlo hasta el año dos mil. Por algún tiempo se resistió a aceptarlo, hasta que la Niña Blanca le ordenó que tenía que usarlo para el bien de las personas. Marvin estudió contaduría publica, la cual no terminó y desde hace 15 años dedica la vida a lo que él llama, su don.

Los olores de las flores de Todos Santos, Cempasúchil y terciopelo dan aromas penetrantes a la conversación, Marvin platica abiertamente sobre los “trabajos que realiza amarres, sanaciones” y aclara “a ella siempre le he pedido para cosas buenas, nunca para maldad, pero repito, la maldad está en uno no en las imágenes”

Los creyentes de la Santa Muerte, han hecho coincidir las festividades de Todos Santos con la celebración del rito a esta imagen. Hay celebraciones en varias regiones del país, desde Tepito en la Ciudad de México, en estados fronterizos como Chiapas o Chihuahua.

Su credo no tiene una sede oficial “organizaciones no hay ninguna, no hay ningún templo, ninguna iglesia especifica para ella aquí, hay lugares, hay casas, hay recintos, hay varios lugares en donde la veneran” aclara. Abierto a la plática cuenta como es la relación de su don con la Niña Blanca “ayuda especialmente a la gente, sanación, vibración, pero sobre todo terminar con esa creencia de que ella es mala”

La relación de los mexicanos con la muerte es de origen prehispánico, pero se institucionalizó con la llegada del credo católico.

Para la la antropóloga Katia Perdigón Castañeda el culto a la muerte, como lo conocemos, proviene de la Colonia, “el trabajo evangelizador se enfocó en preparar a devotos y conversos para recibir una “buena muerte”. Este concepto, junto con el del fallecimiento como castigo por el pecado de Adán y Eva, y el del Juicio Final, dio pie a una rica iconografía plasmada en el arte virreinal”

Por ejemplo, refiere Katia Perdigón, en esa época grandes esculturas con la imagen esquelética salían en procesión el Viernes Santo. De estas, se conservan al menos tres en el país que son veneradas hasta el día de hoy: la Santa Muerte de Yanhuitlán, que es visitada en el ex convento dominico de esa localidad oaxaqueña; y las conocidas como San Bernardo y San Pascual Bailón, en Tepatepec, Hidalgo, y Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, respectivamente.

San Pascualito arribó a Chiapas en el siglo XVIII, procedente de la Antigua Guatemala. Después de un largo peregrinar por varias iglesias de Tuxtla y un conflicto en los años 50, con los sacerdotes de la Iglesia de Guadalupe, se instaló de manera formal en donde lo conocemos: el centro de Tuxtla. Originalmente San Pascualito era un santo dedicado a las labores de la cocina, pero después de una peste en la Antigua Guatemala, en el siglo XVII, un moribundo declaró que se le apareció para llevarlo al otro mundo y que le juró que con su muerte terminaría la peste. Así comenzó el credo que vincula a la muerte con el fraile santificado.

La práctica actual se inició en México en los años 50, no hay un dato exacto, pero se dio en sectores marginales vinculados con la delincuencia, y poco a poco su credo a llegado a nuevos sectores, desde profesionistas hasta la burocracia política. “La Santa Muerte o Niña Blanca apareció en Chiapas hace no más de 15 años y hasta hace poco su credo comenzó a ser público y abierto para todo mundo; sin embrago se realiza principalmente en espacios privados ya que la iglesia católica no acepta tal devoción.

Marvin abre sus puertas para dar a conocer el lugar donde da consulta. Es un espacio ubicado atrás del altar de la sala de su casa. Un espacio de dos metros de ancho por unos cuatro de largo. Ahí tiene su silla, en la que solo él se puede sentar y abajo del altar la “caja” en la que guarda, panes, monedas antiguas, velas y muchos otros elementos que le permiten tener una conexión segura con sus hermanos y con ello evitar que los seres de oscuridad le hagan daño. “Acá ella es la patrona, de manera espiritual, apoyada de la hermana Juana de Arco, Enrique Verdi, Alan Carde, Pancho Villa, ellos son los seres que apoya, pero la mera mera es ella, aunque al Justo Juez se le hace una fiesta más grande que a ella” refiere.

Marvin se prepara para hacer el festejo a su Niña Banca los días 1º y 2 de noviembre; este año por la pandemia del Covid 19 lo realizará bajo las normas sanitarias de la sana distancia “los espero, no va ser una fiesta grande, pero vamos a festejar a la mera, mera” La Santa Muerte ahora campea junto al Coronel Enrique Verdi, en el río grande de Chiapa…

Marvin de León
en el altar se encuentran figuras de la Santa Muerte con diferentes colores, el color depende del favor que se le vaya a pedir.

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar